QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA EMOCIONAL

Son numerosas las definiciones que podemos encontrar en relación a la Inteligencia Emocional. En cuanto a los antecedentes más significativos, por un lado, Edward Thorndike, ya en 1920, utilizó el concepto “inteligencia social” para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas. Y, por otro, Howard Gardner introdujo en 1983 la teoría de las inteligencias múltiples refiriéndose a ocho capacidades diferentes que se pueden identificar con mayor o menor intensidad en las personas: lingüística, lógico-matemática, musical, kinestésica o corporal, espacial, naturalista, intrapersonal e interpersonal. De todas ellas, nos interesa destacar ahora los conceptos de “inteligencia intrapersonal” como la capacidad para comprenderse uno mismo, conocer los sentimientos y motivaciones propios y de “inteligencia interpersonal”, entendida como la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas.

Sin duda, la gran aportación de Gardner, residirá en la idea de que la inteligencia es una capacidad que puede ser entrenada y mejorada y que un elevado coeficiente intelectual no está ligado al éxito en la vida.

El concepto de Inteligencia Emocional (IE) fue desarrollado por primera vez por Salovey y Mayer en 1990. Estos autores definieron a la IE como “la habilidad para controlar y regular las emociones y usarlas para guiar el pensamiento y la acción”.

Daniel Goleman, psicólogo y periodista, divulgó en 1995 la noción de Inteligencia Emocional definiéndola como: “la capacidad de reconocer nuestras propias emociones, para auto-motivarnos, y gestionar las emociones dentro de nosotros y en nuestras relaciones”. Asimismo, Goleman hace referencia a la Inteligencia Emocional como «esa disposición que nos permite, por ejemplo, tomar las riendas de nuestros impulsos emocionales, comprender los sentimientos más profundos de nuestros semejantes, manejar amablemente nuestras relaciones o desarrollar lo que Aristóteles denominará la infrecuente capacidad de “enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y el modo correcto”», Daniel Goleman en su famoso libro ‘Inteligencia Emocional’, habla de los componentes de la Inteligencia Emocional resumiéndolos en estos 5 grandes apartados:

·       Autoconciencia

·       Autorregulación Intrapersonal

·       Automotivación

·       Empatía

·       Habilidades sociales interpersonales

Los tres primeros componentes hacen referencia a aspectos intrapersonales mientras que los dos últimos se encuadran como componentes sociales o interpersonales.

Goleman (1995), interpreta y resume las dos capacidades propuestas por Gardner (intrapersonal e interpersonal), como "la capacidad de discernir y responder apropiadamente a los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones y deseos de las demás personas" en referencia a la inteligencia interpersonal, y en cuanto a la inteligencia intrapersonal como "la capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta".

 Greenberg y Paivio, terapeutas e investigadores de la terapia focalizada en las emociones, explican cómo las emociones nos movilizan y nos informan, y cuando se integran con la razón, nos hacen más sabios de lo que somos cuando utilizamos solo nuestro intelecto. Se puede decir que en general la inteligencia es una síntesis del equilibrio entre la parte emocional y la racional.

Esto nos hace pensar que somos más inteligentes de lo que es nuestro intelecto por sí solo. No solo «conocemos» por la reflexión, también «conocemos» (sentimos) por las emociones. No se trata únicamente de expresar las emociones, sino también de identificarlas e integrarlas a través de la razón.

  1. INVESTIGACIONES SOBRE COMPORTAMIENTOS EXITOSOS

Investigaciones realizadas de forma independiente por decenas de expertos en cerca de quinientas empresas, agencias gubernamentales y organizaciones no lucrativas de todo el mundo, coinciden en subrayar el papel determinante que juega la inteligencia emocional en el desempeño óptimo de cualquier tipo de trabajo. Los aspectos fundamentales que se identifican como factores de éxito son: la relación que mantenemos con nosotros mismos, el modo en que nos relacionamos con los demás, nuestra capacidad de liderazgo y la habilidad para trabajar en equipo.

Estas investigaciones que, a lo largo de varias décadas, han tratado de identificar los talentos de los trabajadores “estrella” indican que existen dos habilidades que, si bien tenían relativamente poca importancia para el éxito en la década de los setenta, se volvieron cruciales a partir de los noventa, adquiriendo una especial relevancia hoy en día: la formación de equipos y la capacidad de adaptarse a los cambios.

Investigaciones realizadas en Alemania y Japón en torno al éxito y fracaso de los ejecutivos, han revelado que las tres cuartas partes de los directivos que fracasan en Alemania y un 50% en Japón, mostraron alguna carencia esencial en la Inteligencia Emocional, aunque fueran técnicos de altísimo nivel.

Por tanto, podemos señalar, que las cualidades que más valoran los empresarios hoy en día en sus trabajadores son las siguientes:

-Capacidad de escuchar y de comunicarse verbalmente.

-Adaptabilidad y capacidad de dar una respuesta creativa ante los contratiempos y obstáculos.

-Capacidad de controlarse a sí mismo, confianza, motivación para trabajar en la consecución de determinados objetivos, sensación de querer abrirse un camino y sentirse orgulloso de los logros conseguidos.

-Eficacia grupal e interpersonal, cooperación, capacidad de trabajar en equipo y habilidad para negociar disputas.
-Eficacia dentro de la organización, predisposición a participar activamente y potencial de liderazgo.

2.  COMPONENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Según lo analizado anteriormente, las competencias o aptitudes de la inteligencia emocional actúan y se expresan en dos niveles:

 -Las competencias intrapersonales. Determinan el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos, el conocimiento y dominio de uno mismo.

 -Las competencias interpersonales. Determinan el modo en que nos relacionamos con los demás, como manejamos las relaciones.

2.1. LAS COMPETENCIAS INTRAPERSONALES.

El enfoque más difundido y compartido por diferentes especialistas es el que presenta Goleman en su segundo libro, ‘Inteligencia social’ (2006) que considera que las competencias en el primer ámbito, es decir “el dominio de uno mismo”, es el inicio de todo lo que se produce en nuestras relaciones con el entorno en que nos movemos. Las tres competencias esenciales en este ámbito son:

 I. LA AUTOCONCIENCIA: Representa la capacidad que tengamos para identificar nuestros propios estados internos, preferencias, recursos e intuiciones, que incluye:

·   Conciencia emocional. Reconocer nuestras emociones y sus efectos.

·   Autoevaluación. Conocer nuestras fortalezas y debilidades.

·   Confianza en uno mismo. Seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades.

Desarrollar este componente nos permite experimentar y responder al entorno. Esta es fundamentalmente, según Kofman (2007), una herramienta básica para la supervivencia. Tenemos la capacidad de aumentar nuestra autoconciencia emocional según nuestra voluntad. Cuanto menos conscientes seamos de nuestra vida, ésta dejara de estar guiada por nosotros mismos y por lo tanto, disminuirá nuestra capacidad para percibir situaciones y elegir respuestas de calidad.

II. LA AUTORREGULACIÓN (AUTOCONTROL). El control de nuestros estados, impulsos y recursos internos, que incluye:

 ·   Autocontrol. Capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos que puedan resultarnos perjudiciales.

·   Confiabilidad. Mantener estándares de honestidad e integridad con nosotros mismos.

·   Responsabilidad. Asumir la responsabilidad de nuestra actuación personal.

·   Adaptabilidad. Flexibilidad para afrontar los cambios.

·   Innovación. Estar abierto y dispuesto ante las nuevas ideas, enfoques novedosos y la nueva información.

Regular tus emociones, significa por tanto, tener control y direccionar conscientemente la energía emocional (Kofman, 2007).

Un estudio en la Universidad de Stanford demostró la importancia de controlar estos impulsos y de retardar la recompensa. Un grupo de niños de cuatro años de edad participo en este estudio en el que los investigadores metieron a los niños individualmente en un cuarto y les pusieron un bombón en una mesa. Les hicieron la siguiente oferta: “puedes comerte este bombón ahora o esperar a que regrese dentro de un rato y entonces te daré dos”.

Estos niños fueron analizados 14 años más tarde y aquellos que esperaron y no comieron el bombón inmediatamente (aquellos que controlaron su impulso) tuvieron mejores resultados académicos en el examen de ingreso a la universidad (un 13% superior) que aquellos que no reprimieron su impulso. Además estos últimos demostraron ser más proclives a la perdida de control en situaciones de estrés, mostraron más agresividad y eran menos capaces de resistir a las tentaciones que les alejaban de la consecución de sus objetivos.

Cuando estos niños empezaron a trabajar sus adaptación al entorno profesional fue aun más diferente entre los que fueron capaces de controlarse que los que no, teniendo estos últimos menos habilidades de relación social, menor capacidad de adaptación a entornos de presión y poco tolerancia y auto-control. Los primeros, se caracterizaron por ser más confiables y más competentes socialmente.

 III. LA AUTOMOTIVACIÓN: La capacidad de encontrar fuentes y tendencias emocionales que puedan guiar o facilitar la obtención de nuestros objetivos, en lo que se incluye:

 ·   Excelencia. Buscar el logro o la superación de un alto nivel de desempeño.

·   Compromiso. Coordinarse con los objetivos del grupo o la organización.

·   Iniciativa. Disposición para aprovechar las oportunidades que se presenten y actuar con celeridad cuando se presenten.

·   Optimismo. Tenacidad para la consecución de los objetivos, a pesar de los obstáculos y contratiempos que tengan que enfrentarse.

 2.2. LAS COMPETENCIAS INTERPERSONALES

En el ámbito de las competencias interpersonales, es decir como nos relacionamos con los demás, las principales competencias que se plantean son:

  • Empatía. Hablamos de la conciencia de los sentimientos, necesidades e intereses de los demás. Dentro de esta competencia podemos señalar.

  • Comprensión de los demás. Tener la capacidad de percibir los sentimientos y los puntos de vista de otras personas e interesarnos activamente por las cosas que les preocupan.

  • Ayudar a los demás a desarrollarse. Percibir las necesidades de desarrollo ajenas y fomentar sus aptitudes.

  • Orientación hacia el servicio. Prever, anticiparse en el reconocimiento y satisfacción de las necesidades de los “clientes”, es decir de los que dependen de nosotros.

  • Aprovechar la diversidad. Cultivar y aprovechar las oportunidades que nos brindan diferentes tipos de personas.

  • Conciencia política. Capacidad para identificar las corrientes emocionales y de las relaciones de poder subyacentes en un grupo.

  •  Habilidades sociales. Capacidad para inducir en los otros las respuestas deseables. En esta competencia se incluyen:

    -Influencia. Aplicar tácticas efectivas para la persuasión.

  -Manejo de conflictos. Capacidad de manejar situaciones de conflicto, negociar y resolver desacuerdos.

-Liderazgo. Inspirar y dirigir a grupos y personas, creando microlíderes a su alrededor.

-Catalización del cambio. Capacidad para iniciar, dirigir o manejar situaciones de cambio.

-Establecimiento de vínculos. Alimentar sistemas de vínculos y relaciones para propiciar la obtención de objetivos.

-Colaboración y cooperación. Ser capaces de trabajar con los demás en la consecución de una meta común.

-Habilidades para trabajar en equipo. Ser capaces de crear la sinergia grupal en la consecución de metas colectivas.

Kofman (2007) hace una relación de las cinco competencias básicas según sean aplicadas en el ámbito intrapersonal o interpersonal

Aplicadas a uno mismo                         Aplicadas en la relación con los demás

Auto-aceptación (Compasión)                        Aceptación (compasión)

Auto-análisis ( racionalidad)                           Indagación (racionalidad)

RESUMEN

Una vez analizada esta introducción a la Inteligencia Emocional, podemos concluir con los siguientes aspectos fundamentales:

-        El coeficiente intelectual vinculado al desarrollo de la inteligencia no es una factor diferenciador para el éxito de las personas

-        Existen muchos tipos de inteligencia vinculados a contextos diferentes.

-        La inteligencia emocional hace referencia a factores intrapersonales vinculados al individuo y a factores interpersonales referidos a la habilidad en la relación con los demás.

-      La persona emocionalmente inteligente es capaz de asumir la responsabilidad en los procesos de aprendizaje que acomete no cayendo en el victimismo de los factores que no se encuentran bajo su control y considerando todo lo aprendido como un paso más para la consecución de sus objetivos.

-        Cada persona tiene determinadas competencias en las que puede sentirse con un mayor o menor grado de habilidad. Estas fortalezas y áreas de mejora afectan a la manera de comportarse, contribuir y relacionarse socialmente. En posteriores post analizaremos las herramientas necesarias para conocer tus propias fortalezas (conscientes e inconscientes) y ponerlas al servicio de la consecución de tus objetivos.

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