LÍDERES DEL S. XXI

LIDERAZGO DEL S. XXI

 

“Tanto si usted cree que puede, como si cree que no puede, está en lo cierto”

Henry Ford

Empecemos con la verdadera definición de Liderazgo

 La palabra LÍDER evoca imágenes de grandes hombres y mujeres que, en momentos de crisis, se alzaron para cambiar el curso de los acontecimientos humanos. Leemos libros vemos películas y contamos historias sobre ellos. Desgraciadamente esa imagen nos hace pensar que, para liderar, debemos vivir ese momento dorado y disponer de la capacidad para inspirar a millones de personas. Sin embargo, eso no es así. LIDERAR, definido en pocas palabras, es tener la capacidad para influir en otras personas con el fin de lograr unas metas comunes, inspirándoles durante todo ese proceso para que sean la mejor manifestación de ellos mismos y puedan así cumplir con su misión superando ampliamente sus expectativas. Los padres lideran, los niños lideran, los jefes de departamento lideran y todos nosotros no sólo podemos liderar, sino que estamos llamados a hacerlo. De hecho, probablemente ya lo hagas. Piensa en las ocasiones en las que has influido recientemente en otras personas con las decisiones que hayas tomado sobre cómo emplear el tiempo, o el dinero, o sencillamente mediante una conversación que haya creado un impacto y haya afectado a su forma de proceder. Porque liderar es inspirar, mover en nosotros mismos y en los demás lo más valioso que todos tenemos, dicho de otra manera, ayudar a los demás a alcanzar una más elevada versión de ellos mismos, una mayor altura de la que ellos esperaban y nosotros sabíamos que estaba a su alcance; el verdadero líder es el que crea micro-líderes a su alrededor, lo que se denomina hoy en día el líder-coach.

 El liderazgo transformador del líder-coach, está apoyado en dos conceptos que en la Roma clásica eran muy utilizados. Uno de ellos es el potestas, entendido como el poder formal, el poder que recibe un jefe designado como tal por un superior. Cuando decidimos que alguien va a ser quien se haga cargo de un grupo de empleados, lo que hacemos es entregarle potestas, entregarle poder para tomar decisiones.

 El otro término que también usaban nuestros antepasados era el auctoritas. Este término hace referencia al reconocimiento moral, aquello que debe ser conquistado y ganado con la coherencia, la integridad y los resultados. El auctoritas nos lo otorgan aquellos que están por debajo de nosotros y bajo nuestra responsabilidad.

 Es por ello que el liderazgo transformador se basa en aplicar correctamente nuestro auctoritas y nuestro potestas. El papel del líder-coach debe radicar en crear las circunstancias idóneas para que su empleado sea capaz de enfrentar sus miedos y superarlos y convertirse así mismo en otro líder.

 Como todo proceso de aprendizaje, el maestro y el aprendiz caminan juntos por un territorio desconocido. Los aprendizajes son procesos abiertos en los que el aprendiz debe salir de su zona de confort y entrar en una zona de incertidumbre, donde las variables que maneja no siempre son conocidas. Ninguna de las acciones que hacemos puede determinar el éxito de forma incondicional, ya que los resultados de cualquier aprendizaje dependen de factores que están dentro y fuera del control de la persona. La responsabilidad reside en aumentar la probabilidad de que el resultado se obtenga.

 Pero todo trabajo exigente, como el que el aprendiz realiza, requiere de un alto porcentaje de entrenamiento sobre el tiempo total. Si utilizamos el símil del mundo del deporte podemos decir que si una persona dedica 15 horas semanales a entrenar y 30 minutos a competir, el tiempo de entrenamiento es 30 veces superior al de la competición. Esto nos habla de la importancia que tiene el aprendizaje a la hora de obtener los resultados.

 La Excelencia en el Liderazgo 

No nos engañemos, liderar es una de las cosas más difíciles que puede tocarnos hacer en la vida. El liderazgo requiere pasión, un extraordinario conjunto de habilidades y una sólida educación. Lo que nos lleva a asumir que el papel de líder, hablando en términos generales, implica la intención continua de mejorarte y de mejorar las cosas en tu entorno personal y profesional. Damos por sentado equivocadamente, que como líderes, trabajaremos muchas horas, haremos grandes sacrificios y estaremos a merced de la montaña rusa del éxito y del fracaso. No es de extrañar que en un mundo como el nuestro, en el que permanecemos conectados veinticuatro horas al días, los siete días de la semana y los 365 días del año, lo urgente nos distraiga de lo importante y obstaculice la excelencia en el liderazgo.

El aprendizaje de la excelencia en el liderazgo pasa por el cultivo de nuestras capacidades innatas, nuestras más altas capacidades, de las que hablaremos en posteriores post. Empecemos por centrar nuestra atención en ver con claridad lo que tenemos delante, en lo importante, en lo que suma, no en lo urgente, ni en lo que reste, en alentar la creatividad y la compasión en nuestro entorno, en crear espacios de confianza en los que contribuyamos al desarrollo de microlíderes a nuestro alrededor. Es muy probable que si lo hacemos así, nuestras decisiones sean mucho más conscientes y nos acerquen a un escenario del tipo win-win-win, un escenario en el que gana la organización, ganan sus trabajadores y gana la comunidad entera.

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HABILIDADES Y ATRIBUTOS DEL LÍDER