CÓMO LA AUTOIMAGEN INFLUYE EN CÓMO PERCIBIMOS A LOS DEMÁS

La percepción que tenemos de nosotros mismos —nuestra autoimagen— juega un papel crucial en cómo vemos y evaluamos a los demás. ¿Pero cómo ocurre esto a nivel cerebral? Gracias a décadas de investigación en neurociencia y psicología, tenemos algunas respuestas fascinantes.

Nuestra autoimagen está en constante evolución. Las experiencias de vida, el feedback de nuestros seres queridos y los eventos personales significativos pueden provocar un cambio en cómo nos vemos a nosotros mismos. Un cambio en la autoimagen, ya sea positivo o negativo, tiene un efecto cascada en cómo percibimos a los demás. A continuación, exploramos estos efectos y las investigaciones que los respaldan.

1. Las Neuronas Espejo y la Empatía

Las neuronas espejo, descubiertas por primera vez en macacos por Giacomo Rizzolatti y su equipo en la Universidad de Parma, son células cerebrales que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a alguien más realizar esa misma acción (Rizzolatti et al., 1996). Estas neuronas nos ayudan a comprender las acciones y emociones de otros. Si tenemos una autoimagen negativa, es posible que nuestras neuronas espejo no se activen de la misma manera, dificultando la empatía hacia los demás.

2. Sesgo de Confirmación y Autoimagen

Numerosos estudios muestran que tendemos a buscar y recordar información que confirma nuestras creencias existentes, incluyendo cómo vemos nuestro propio valor (Nickerson, 1998). Si alguien tiene una baja autoestima, es más probable que interprete las acciones de los demás como negativas o críticas hacia ellos, reforzando así su autoimagen negativa.

3. El Efecto de la Autoimagen en las Interacciones Sociales

Un estudio realizado por Vrtička et al. (2018) encontró que las personas con una autoimagen negativa tienden a ser más sensibles a las señales de rechazo y menos sensibles a las señales de aceptación social. Es decir, si te ves a ti mismo de manera negativa, es más probable que interpretes las acciones de los demás como rechazantes.

Cuando una persona trabaja activamente en mejorar su autoimagen, ya sea a través de terapia, autodescubrimiento o logros personales, esto puede conducir a una percepción más positiva de los demás. Un estudio realizado por Stinson et al. (2010) encontró que las personas que experimentaron un aumento en la autoestima tendían a juzgar a los demás de manera más favorable y a esperar interacciones más positivas con ellos.

4. La Autoimagen y la Actividad Cerebral

Investigaciones utilizando técnicas de resonancia magnética funcional (fMRI) han revelado que la forma en que nos vemos a nosotros mismos puede influir en cómo nuestro cerebro reacciona a las imágenes de otras personas.

Por otro lado, si la autoimagen de alguien se deteriora debido a traumas, rechazos u otros eventos negativos, esto puede teñir su percepción de los demás con sospecha o negatividad. Vrtička et al. (2018), como mencionamos anteriormente, observaron que las personas con autoimagen negativa tienden a ser más sensibles a las señales de rechazo. Esto sugiere que una autoimagen dañada podría predisponer a alguien a esperar o percibir rechazo incluso cuando no está presente.

Asimismo, las personas que tienen prejuicios conscientes o inconscientes hacia los demás pueden caer, aun en contra de sus propios valores personales en rechazos incoscientes hacia los demás. Un estudio liderado por Dr. Jennifer L. Eberhardt de Stanford (Eberhardt et al., 2004) encontró que las personas que tenían prejuicios raciales inconscientes mostraban una mayor actividad en la amígdala (una región del cerebro asociada con el miedo y la percepción de amenazas) cuando veían rostros de personas de grupos étnicos diferentes al suyo.

Por ello, un aumento en la autoconciencia acompañado de un cambio en la autoimagen, puede influir en cómo interpretamos las acciones de los demás, por ello cuando somos más conscientes de nosotros mismos, somos más capaces de distinguir entre nuestros propios sentimientos y los de los demás, llevando a juicios más precisos y menos proyectados sobre los demás (Silvia et al. (2001).

Un cambio positivo en la autoimagen puede aumentar la resiliencia y la flexibidad en la percepción social. Una investigación publicada por Reschly et al. (2008) indica que una autoimagen saludable se correlaciona con una mayor capacidad para adaptarse a nuevas situaciones sociales y para interpretar ambigüedades sociales de manera menos amenazante.

Conclusión

Nuestra autoimagen no solo nos afecta a nosotros mismos, sino que también moldea cómo vemos y reaccionamos ante los demás. Reconocer y comprender esta relación es esencial para mejorar nuestras interacciones y relaciones sociales. Trabajar en mejorar la autoimagen puede ser un paso clave no solo para el bienestar personal, sino también para una coexistencia más armoniosa en la sociedad.

El cambio en nuestra autoimagen no solo redefine nuestra relación con nosotros mismos, sino que también reconfigura cómo nos relacionamos y percibimos a los demás. Una autoimagen positiva puede abrirnos a relaciones más profundas y significativas, mientras que una imagen deteriorada puede cerrarnos y predisponernos a conflictos. Reconocer el poder de la autoimagen en nuestra percepción social nos brinda la oportunidad de cultivar relaciones más saludables y una comprensión más auténtica de quienes nos rodean.

Referencias

  • Eberhardt, J.L., Goff, P.A., Purdie, V.J., & Davies, P.G. (2004). Seeing black: Race, crime, and visual processing. Journal of Personality and Social Psychology, 87(6), 876-893.

  • Nickerson, R. S. (1998). Confirmation bias: A ubiquitous phenomenon in many guises. Review of General Psychology, 2(2), 175-220.

  • Reschly, A.L., Huebner, E.S., Appleton, J.J. & Antaramian, S. (2008). Engagement as flourishing: The contribution of positive emotions and coping to adolescents' engagement at school and with learning. Psychology in the Schools, 45(5), 419-431.

  • Silvia, P.J., & Duval, T.S. (2001). Objective self-awareness theory: Recent progress and enduring problems. Personality and Social Psychology Review, 5(3), 230-241.

  • Stinson, D.A., Logel, C., Holmes, J.G., Wood, J.V., Forest, A.L., Gaucher, D. & Kath, J. (2010). The regulatory function of self-esteem: Testing the epistemic and signal functions of self-worth. Journal of Personality and Social Psychology, 99(4), 993-1003.

  • Rizzolatti, G., Fadiga, L., Gallese, V., & Fogassi, L. (1996). Premotor cortex and the recognition of motor actions. Brain research, 3(2), 131-141.

  • Vrtička, P., Sander, D., & Vuilleumier, P. (2018). Effects of emotion regulation strategy on brain responses to the valence and social content of visual scenes. Neuropsychologia, 116, 136-154.

    Patricia Camacho Profesora Universitaria y Coach

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